Miedo a Envejecer
Aunque sepamos que la vejez es ineludible, nos negamos a aceptarla, y no queremos pensar en ello, tratamos de olvidarlo o ignorarlo y recurrimos a los clichés y las ilusiones de escapar de esta etapa.
El miedo a envejecer domina a la sociedad de Guayaquil. La publicidad proclama las maravillas de la cirugía plástica, los extractos de hierbas, las lociones contra la vejez y las drogas para aumentar o disminuir ciertas funciones físicas.
La génesis del conflicto que presenta una persona la cual es atormentada por el hecho que está por llegar a una determinada edad, es el tener la concepción de que lo joven es bello y lo viejo es feo, esto se debe a la costumbre de estereotipar, actitud que está arraigada en nuestra cultura.
La actitud de estereotipar incurre en la construcción de ideas, percepciones, las cuales llevan a acciones que terminan convirtiéndose en acciones erróneas, todo esto por llegar a obtener un sentimiento de estabilidad emocional a través del bienestar físico.
Los que entran a mediana edad tienen dificultad en encontrar roles dignos de interpretar, los adultos de edad avanzada no quieren verse representados como “viejos” viviendo en asilos de ancianos o sentados en los bancos de los parques.
La persona que comienza a sentir que está llegando a la vejez, sufre un aumento de la vivencia de pérdidas, entendiendo pérdida como la vivencia de que ya no tenemos algo, a nivel real y subjetivo que es significativo para nosotros; dichas pérdidas afectan a todos los ámbitos y el superar las pérdidas es vital para la persona que envejece, disminuyendo la probabilidad de que se produzcan repetidas crisis de identidad o que se atenúen las repercusiones de las mismas en la vida de las personas adultas mayores.
Vivimos en un mundo que se idolatra la juventud y la belleza física como una especie de logro especial y digno de alabanza excepcional, dejando a un lado lo que realmente debe ser relevante en una persona, que es el proyectar juventud, salud y sobretodo bienestar emocional por medio de su personalidad sin tener que recurrir a retoques estéticos continuos y amenazantes.
Hay millones de personas que caen en la gran dependencia a la cirugía plástica para ocultar los signos de envejecimiento; pero todos los esfuerzos para detener el avance de la vejez, por los medios materiales, a la larga resultarán inútiles si no existe una relación entre lo físico y lo psicológico, un equilibrio mental para sobrellevar todo lo que conlleva el llegar a determinada etapa y el decidir recurrir a la cirugía plástica. Finalmente, el rostro levantado cae otra vez, cabellos implantados no crecen, el cuerpo se niega a hacer ejercicio, tratamiento farmacológico falla, cosméticos y el maquillaje no pueden ocultar más los signos de la vejez, el estrés se vuelve inmanejable, y es por esto que, ante todo siempre se debe tener la concepción y la ideología que la edad, y específicamente los términos juventud y vejez, son mentales ya que queda en nosotros aprender a vivir con dignidad y con un adecuado y asertado estilo de vida.
Realizado para:
Revista Semana - Diario Expreso
Realizado por:
Andrea Villacres Palacios
Psicologa Clinica
Guayaquil, Ecuador
El miedo a envejecer domina a la sociedad de Guayaquil. La publicidad proclama las maravillas de la cirugía plástica, los extractos de hierbas, las lociones contra la vejez y las drogas para aumentar o disminuir ciertas funciones físicas.
La génesis del conflicto que presenta una persona la cual es atormentada por el hecho que está por llegar a una determinada edad, es el tener la concepción de que lo joven es bello y lo viejo es feo, esto se debe a la costumbre de estereotipar, actitud que está arraigada en nuestra cultura.
La actitud de estereotipar incurre en la construcción de ideas, percepciones, las cuales llevan a acciones que terminan convirtiéndose en acciones erróneas, todo esto por llegar a obtener un sentimiento de estabilidad emocional a través del bienestar físico.
Los que entran a mediana edad tienen dificultad en encontrar roles dignos de interpretar, los adultos de edad avanzada no quieren verse representados como “viejos” viviendo en asilos de ancianos o sentados en los bancos de los parques.
La persona que comienza a sentir que está llegando a la vejez, sufre un aumento de la vivencia de pérdidas, entendiendo pérdida como la vivencia de que ya no tenemos algo, a nivel real y subjetivo que es significativo para nosotros; dichas pérdidas afectan a todos los ámbitos y el superar las pérdidas es vital para la persona que envejece, disminuyendo la probabilidad de que se produzcan repetidas crisis de identidad o que se atenúen las repercusiones de las mismas en la vida de las personas adultas mayores.
Vivimos en un mundo que se idolatra la juventud y la belleza física como una especie de logro especial y digno de alabanza excepcional, dejando a un lado lo que realmente debe ser relevante en una persona, que es el proyectar juventud, salud y sobretodo bienestar emocional por medio de su personalidad sin tener que recurrir a retoques estéticos continuos y amenazantes.
Hay millones de personas que caen en la gran dependencia a la cirugía plástica para ocultar los signos de envejecimiento; pero todos los esfuerzos para detener el avance de la vejez, por los medios materiales, a la larga resultarán inútiles si no existe una relación entre lo físico y lo psicológico, un equilibrio mental para sobrellevar todo lo que conlleva el llegar a determinada etapa y el decidir recurrir a la cirugía plástica. Finalmente, el rostro levantado cae otra vez, cabellos implantados no crecen, el cuerpo se niega a hacer ejercicio, tratamiento farmacológico falla, cosméticos y el maquillaje no pueden ocultar más los signos de la vejez, el estrés se vuelve inmanejable, y es por esto que, ante todo siempre se debe tener la concepción y la ideología que la edad, y específicamente los términos juventud y vejez, son mentales ya que queda en nosotros aprender a vivir con dignidad y con un adecuado y asertado estilo de vida.
Realizado para:
Revista Semana - Diario Expreso
Realizado por:
Andrea Villacres Palacios
Psicologa Clinica
Guayaquil, Ecuador