Dependencia Afectiva

Se denomina como dependencia afectiva al patrón interpersonal de necesidades emocionales peculiares que buscan ser satisfechas y la persona demuestra su dependencia teniendo relaciones interpersonales muy estrechas y dañinas, teniendo como base una profunda carencia afectiva la cual se originó por su historia de vida (Padres ausentes, negligentes, rígidos para demostrar afecto, sobreprotectores).

Una persona dependiente se siente insegura, vacía a nivel personal, no ha aprendido a amarse, a amar y a poder estar en una relación sin depender y rogar atención, la otra persona es vista como la única forma de gratificación en la vida, pero todo esto es nada más que la demostración de un bajo nivel de autoestima y poca autovaloración.

Una relación que es marcada por la dependencia emocional se caracteriza por ser una relación insatisfactoria, humillante, destructiva, con falta de respeto, con pocos momentos de unión profunda y de satisfacción recíproca, además de desarrollar en el dependiente síntomas como efecto de todas la anteriores características: ansiedad generalizada, depresión, insomnio, falta o exceso de apetito, melancolía.

Pero existen momentos lúcidos en que se ve la realidad de la relación, de la dependencia nociva y que es necesario terminarla, es ahí que entra la decisión de cambiar y buscar asistencia psicológica que ayude a superar los conflictos y mejorar la calidad de vida.